En el 2020, la tecnología fotovoltaica generó alrededor de 720 GW, y se espera que esta cifra se duplique para 2025.
PwC ha destacado en sus publicaciones que la eficiencia de los paneles solares ha mejorado significativamente a lo largo de los años. Por ejemplo, los paneles de silicio monocristalino han alcanzado eficiencias superiores al 20%, lo cual es un factor que influye en la rentabilidad de las inversiones en energía solar.
El diseño de paneles tiene en cuenta la eficiencia, con variantes de material que van desde el silicio monocristalino con un 20% de eficiencia hasta las películas delgadas con cerca del 10%.
Los inversores: tienen una vida útil de 10-15 años, menor que los paneles que duran aproximadamente 25-30 años; mientras que el sistema de seguimiento solar: puede aumentar la eficiencia de captura de energía hasta en un 25%.
La energía solar reduce significativamente las emisiones de CO2, con un promedio de 40 gCO2e/kWh comparado con aproximadamente 450-500 gCO2e/kWh para el carbón. Sin embargo, la fabricación de paneles solares implica un gasto energético inicial y la utilización de materiales como el silicio que requieren procesos de minería.
Desde 2010, el costo de la energía solar fotovoltaica ha caído aproximadamente un 89%. Las proyecciones apuntan a un crecimiento del mercado solar del 15% anual hasta 2030. Los incentivos fiscales, como el Crédito Fiscal a la Inversión en Estados Unidos, pueden reducir el costo inicial hasta en un 26%.
El retorno de inversión se da entre los 5 y 8 años en mercados con altos niveles de irradiación solar y apoyo gubernamental.
Para un emprendedor que busca una inversión rentable y sostenible, la energía solar presenta una oportunidad viable con margen para un ROI significativo, especialmente en el contexto de la caída de costos y el crecimiento proyectado del mercado.