El mar es una ciudad industrial flotante.
Cada plataforma, cada barco, cada sistema offshore está pensado para un propósito clave: extraer, procesar y transportar energía. Te compartimos momentos e hitos importantes en este aspecto:
En 1947 tuvimos la primera plataforma petrolera offshore en el Golfo de México. Kerr-McGee construyó la primera plataforma a 16 km de la costa de Luisiana, marcando el inicio de la explotación petrolera en mar abierto.
De 1960 a 1970, se desarrollaron las primeras plataformas fijas en aguas profundas. Fueron estructuras más robustas ancladas al fondo marino, permitiendo operat a mayores profundidades y en condiciones más extremas.
De 1980 a 1990, las plataformas semisumergibles y flotables permitieron operar en aguas ultra profundas sin necesidad de estar fijas al lecho marino. Estas estructuras flotantes revolucionaron la explotación offshore.
Incorporación de tecnología de monitoreo remoto y sensores. El uso de sistemas digitales y satelitales permite un control en tiempo real de condiciones ambientales, producción y seguridad operativa.
Desde los años 2000, gracias a estrategias integrales de seguridad ambiental y sostenibilidad, el sector ha avanzado en medidas para minimizar impactos.
La evolución más reciente incluye plataformas híbridas y energía eólica marina (offshore wind), que son estructuras mixtas para hidrocarburos y energías renovables, así como parques eólicos marinos como parte de la transición energética.